Existen
dos maneras muy diferentes de perder un partido. En ocasiones tienes que
enfrentarte a rivales superiores a ti, partidos en los que a priori la “derrota
es segura”. Es la situación más
complicada para un entrenador de fútbol, buscar la manera de ser lo más competitivos posibles e intentando tener
opciones de dar la sorpresa. Esta es la situación que ha vivido el RC Deportivo
en las últimas jornadas de liga, frente a Real Madrid y FC Barcelona.
El pasado
30 de septiembre el Dépor viajaba al Santiago Bernabéu , tras la derrota en
casa frente al Sevilla por 0-2 era mal momento para enfrentarse a uno de los
mejores equipos de la liga, e intentar sacar algo positivo. El Deportivo
sorprendió a todos adelantándose en el marcador en el minuto 15 con un gol de
Riki, pero fue sólo un espejismo, el Madrid empezó a carburar y a trenzar
jugadas letales, sobre todo por el costado izquierdo, donde Di Maria desbordaba
constantemente a Manuel Pablo y las ayudas no llegaban, así llegaron los goles
de Cristiano y Di María que ponían el 3-1 en el electrónico y hacían que las
esperanzas se esfumasen. Tras el paso por los vestuarios nada cambió el
Deportivo no tenía el balón y era
sobrepasado constantemente por los jugadores blancos, tanto táctica como técnicamente,
el cuadro coruñés no tenía respuesta, sin argumentos y sin convicción ni
confianza para sacar algo positivo del feudo madridista, al final un doloroso
5-1.
Nos
trasladamos ahora al 20 de octubre, el Dépor recibe al FC Barcelona, líder de
la liga BBVA, tras tres derrotas consecutivas, parece que no es el rival
propicio para rascar algo positivo, pero en esta ocasión el equipo blanquiazul
cuenta con un elemento a su favor, Riazor. El planteamiento es similar al del
Bernabéu, cambian los laterales, Laure y Ayoze entran por Evaldo y Manuel
Pablo; Valerón es titular en lugar de Juan Dominguez. El Barcelona borra del
campo al Dépor en los primeros 15 minutos, un doloroso 3-0 que parece
insalvable, pero en dos jugadas aisladas Pizzi y Álex Bergantiños ponen en 3-2
en el marcador ayudados por el empuje de la grada (que no dejó de creer en ningún
momento en la remontada). Antes del descanso un gol de Messi vuelve a enfriar
la situación. El resultado no era malo para el Dépor tras lo visto sobre el césped,
pero necesita un cambio en la segunda parte si quiere tener opciones de
llevarse el partido, y se produce, los jugadores blanquiazules aumentan la
intensidad del juego y la presión, por un momento se creen capaces de lograr la
victoria y más tras el gol de falta directa de Pizzi en el minuto 47 de partido
y la posterior expulsión de Mascherano. De nuevo Messi amplía distancias y a
continuación un gol de Jordi Alba en propia puerta devuelve la ilusión a la
grada y a los jugadores, 4-5 y el Barça arrinconado, pidiendo la hora, algo
insólito.
En
definitiva, existen diferentes maneras de perder y diferentes maneras de
afrontar un partido, pero todo el trabajo de la semana se puede ir al garete en
unos minutos si en el bando contrario juegan los Messi, Cristiano, Di María,
Cesc, Iniesta... resultado, 5 goles encajados en cada partido, pero con dos
sensaciones diferentes, la de verse desbordado y la de verse capacitado, la
diferencia es sencilla....RIAZOR.
Dani Dorado
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