Me gustaría compartir con todos vosotros mi primera experiencia con la Premier League.
No voy a descubrir un nuevo deporte, está claro, pero sí me gustaría contaros mis sensaciones, mi experiencia, y destacar esos detalles que pasan desapercibidos cuando ves un partido por la tele. Acercar un poco el olor del césped, el sabor de la cerveza, los nervios en la piel y el brillo en los ojos de la gente.
Uno de mis objetivos durante mi estancia el pasado mes de Noviembre en Londres era presenciar un partido de la Premier League en directo. He de decir que no es fácil encontrar entradas para un partido de la competición doméstica en la ciudad de Londres, los principales equipos (Arsenal, Chelsea, Tottenham, Fulham) tienen un número muy elevado de abonados, y las entradas que salen a la venta están reservadas para los socios. Por lo que encontrar una entrada para un partido se antojaba una misión difícil (no lo fue tanto para un partido de Champions League, este caso os contaré en otra ocasión).
Las primeras semanas pasaban y cuando estaba a punto de perder la ilusión por presenciar un partido de Premier, leí en el periódico el siguente anuncio del West Ham United. "There are fewer than 1,000 tickets £20 and £25 adult tickets left for Stoke City so move fast to make sure you don't miss out".
Era mi oportunidad, habían cambiado la fecha del partido entre el West Ham y el Stoke City, previsto para el sábado 17, para el lunes siguiente por culpa de la televisión (sí, allí también pasan esas cosas) y por este motivo ponían a la venta unos 1000 tickets a precio reducido. Así que fui rápido a Upton Park por mi entrada, una verdadera ganga, 20£ (menos de 25€). Ahora sólo tenía que esperar a que llegase el ansiado día.
Lunes 19 de Noviembre, día de partido, West Ham United - Stoke City FC, kick-off: 20:00. Boleyn Ground.
El día empezaba para mí con el viaje hasta West Ham, unos 50 minutos en metro desde el centro de Londres hasta Upton Park Station, luego escasos 500 metros hasta The Boleyn Ground (estadio del West Ham United, también conocido como Upton Park).
El ambiente antes del partido era similar al de un partido en España, con la diferencia de las pintas (pint) por los botellines de cerveza, y las hamburguesas y perritos calientes en lugar de los bocadillos.
Para entrar al estadio ausencia de controles exhaustivos de seguridad, simplemente un torno y nada más. Una vez dentro me sorprende el gran estado de conservación de un estadio de 1904, con una estética clásica pero muy cuidada. Los vomitorios llenos de gente bebiendo cervezas, y las gradas vacías hasta escasos 5 minutos antes del inicio del partido.
En los momentos previos al partido me llevo la grata sorpresa de que en el estadio hay wifi gratuíto. Y me llama la atención que para el calentamiento de ambos equipos se utilizan porterías móviles y no se pisan en ningún momento las áreas.
Detalle de la portería para el calentamiento |
Calentamiento de ambos equipos |
Para terminar el recibimiento, el grito de guerra de los Hummers "Come on you irons!"
I'm forever blowing bubbles
Pretty bubbles in the air,
They fly so high, nearly reach the sky,
Then like my dreams they fade and die.
Fortune's always hiding,
I've looked everywhere,
I'm forever blowing bubbles,
Pretty bubbles in the air.
Tras el saque inicial me quedé con la boca abierta, el primer balón que se pone en juego se cuelga directamente por alto hacia un costado, en el cual aproximádamente unos 5 jugadores de cada equipo se disputan el balón como si de una touche de rugby se tratase.
El aprovechamiento de los espacios es máximo, bascula todo el equipo para un lado y para el otro. Una falta a favor del equipo visitante en el minuto 15 hace que el portero se disponga a sacar la falta con el resto del equipo en el área contraria.
El aprovechamiento de los espacios es máximo, bascula todo el equipo para un lado y para el otro. Una falta a favor del equipo visitante en el minuto 15 hace que el portero se disponga a sacar la falta con el resto del equipo en el área contraria.
El portero visitante saca una falta en el minuto 15. |
Jugada de estrategia en un saque de esquina |
Otros detalle que me llamó la atención es que durante el encuentro se retransmite el propio partido en las pantallas gigantes, en la publicidad del campo aparecen actualizadas cada minuto las cuotas del partido que se está jugando para apostar online (de ahí el wifi gratuíto en el estadio, el patrocinador del West Ham es una casa de apuestas). Otros detalles como que un parón en el encuentro sirve para que la totalidad de los jugadores se aproximen a la zona de banquillos a beber y recibir instrucciones, como si se tratase de un tiempo muerto o de un partido de rugby.
Los jugadores aprovechan un parón en el juego para acercarse a zona de los banquillos |
Durante el descanso, la grada se vacía completamente, es el momento de refrescar el gaznate y las cervezas esperan en el bar para todos los aficionados.
En la segunda parte llegó el gol local, obra de Joey O'Brien (en una jugada a balón parado, como no). Toda la grada siguió vibrando con su equipo intentando buscar el gol de la victoria, pero no sólo hasta el minuto 90, porque en Inglaterra los minutos de descuento son tan válidos o más que todos los anteriores.
Lo que no puedo, o no sé transmitir es la emoción de los aficionados, la sensación que se palpa en el ambiente y que te pone los pelos de punta, todo el estadio animando durante la totalidad del encuentro, no sólo los hooligans, abuelos, padres, hijos... todos viven el fútbol de igual manera, no es una afición, es un estilo de vida. Pero eso no se puede explicar, eso hay que vivirlo.
Me gustaría destacar que en este partido pude ver a unos mitos del fútbol inglés como son el "Stoke boss" Tony Pulis y su homónimo del West Ham, Sam Allardyce. Jugadores del fútbol como Andy Carrol, Mark Noble, Benayoun, Carlton Cole, Winston Reid, Rory Delap, Michael Owen o Peter Crouch. En definitiva, figuras del mundo del fútbol a los que estaba acostumbrado a ver por televisión y que por fin, por primera vez, pude ver en directo.
Tony Pulis (técnico del Stoke City) |
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