Los
Cuatro Jinetes del Apocalipsis ya cabalgan entre el deportivismo. Sólo una
radical transformación del equipo coruñés podría cambiar este estado de cosas
para un Deportivo que vaga como alma en
pena entre las sombras de la Primera División.
Las
condiciones en las que se desarrolla la vida del Deportivo en su temporada de
regreso a Primera División se podrían corresponder con la descripción del
Capítulo VI del Apocalipsis, no podemos relacionar los acontecimientos vividos
con castigo divino alguno, sino que fueron y son derivadas del comportamiento
de y con el club.
En
dicho capítulo del libro del Apocalipsis se habla de un pergamino en la mano
derecha de Dios que está sellado con siete sellos, en ese escenario Jesús abre
los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a estos jinetes que montan
en caballos blanco, rojo, negro y uno bayo. Según la exégesis representan y son
alegorías de la victoria, la guerra, el hambre y la muerte. Las mismas figuras
que irrumpen e influyen en el “anus horribilis” del Deportivo.
Caballo Blanco
Cabalgado
por el jinete de la victoria.
“Cuando abrió el primer sello, oí al primer ser viviente, que decía: Ven. Miré y vi un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor, y para vencer.
Ap. 6,2
Se
corresponde a la afición. Sin ninguna duda, el mayor patrimonio del Deportivo.
La hinchada del Dépor, esa que “nunca se rinde”, ha demostrado en los últimos
tiempos que está muy por encima del nivel del club y de los jugadores. Fueron
ellos los que intentaron por todos los medios que el equipo no descendiese en
la temporada 2010-2011, y los que fraguaron el retorno a Primera al año
siguiente. A lo largo de la presente temporada han estado siempre al lado del
equipo, incluso en los partidos de pretemporada, se desplazaron a todos
aquellos encuentros que el club gallego disputó fuera de Riazor y en ningún
momento los abandonó, sin duda alguna, al deportivismo no se le puede reprochar
nada, ellos son el Dépor.
Caballo Rojo
Cabalgado
por el jinete de la guerra.
“Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente que decía: "Ven". Entonces salió otro caballo, rojo; al que lo montaba se le concedió quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; se le dio una espada grande.”
Ap. 6,3-4
El
símbolo del poder, del liderazgo, en el Deportivo sólo existe una persona con
ese perfil, Augusto César Lendoiro. El presidente blanquiazul, tras 25 años al
frente de la entidad, está viviendo su peor año, sobrepasado por las
circunstancias, el dirigente deportivista ha tocado fondo.
En el
aspecto deportivo, el mandatario coruñés confió en José Luis Oltra como
entrenador para el regreso del Deportivo a Primera División. El técnico del
ascenso, respetado por plantilla y afición, perdió la confianza del presidente
tras encadenar una mala racha de resultados, al ganar tan sólo dos partidos de
17, y se convirtió en la cuarta destitución de Lendoiro en 24 años, el
valenciano abandonaba Coruña con el equipo en la última posición pero a tan
sólo 5 puntos de la permanencia, quizás Oltra no era el problema, pero tampoco
la solución.
Al
banquillo deportivista llegaba un desconocido Domingos Paciência, el técnico
luso, avalado por su gran campaña en el Braga y en el Sporting de Lisboa, se
hacía cargo del conjunto blanquiazul e imponía una nueva filosofía de trabajo,
se trataba de un entrenador metódico, riguroso y exigente, un discípulo del
fútbol moderno que poco aguantó en el puesto, tras seis partidos al frente del
club coruñés, el luso daba la espantada y obligaba a Lendoiro a buscar un nuevo
entrenador, el tercero de la temporada, esta vez el elegido fue el gallego
Fernando Vázquez.
Se
trata de una situación atípica para el mandatario deportivista, que si por algo
se caracterizaba era por la confianza y estabilidad que depositaba en la figura
del entrenador, un síntoma claro e inequívoco de que las cosas no se estaban
haciendo bien.
Si la
situación deportiva no es buena, la económica es mucho peor. El club, lastrado
por una deuda inmensa, acabó entrando en Concurso de Acreedores, el propio
Lendoiro reconocía que el Deportivo estaba pagando los excesos de años
anteriores, y que se tenía que hacer frente a una deuda heredada del
“EuroDépor”. Esta situación llevó al club a una situación límite, pendiente de
los embargos para poder subsistir, sin liquidez para hacer frente a los pagos
del día a día y con una plantilla que no cobraba desde el pasado mes de
septiembre. Situaciones que dejan en evidencia la mala gestión de Lendoiro al
frente del club.
Caballo negro
Cabalgado
por el jinete del Hambre.
Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: "Ven". Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes el aceite ni el vino»
Ap. 6.5-6
El
símbolo de la hambruna, en épocas de flaqueza siempre aparecen especuladores
para aprovecharse de los débiles, situación como la que vive el Deportivo, en
este caso podemos referirnos a la figura de Jorge Mendes. Lendoiro,
condicionado por la situación económica decidió poner el club en manos del archiconocido
representante de jugadores para intentar conformar una plantilla competitiva
para el regreso a Primera División. El Dépor necesitaba cubrir las bajas de
jugadores importantes como Colotto, Guardado, Lassad, Xisco... y Mendes, por su
parte, estaba dispuesto a colocar a sus representados en el gran escaparate de
la Primera División. Las soluciones ofrecidas por “o afillado” (el ahijado), no contentaban a la parroquia blanquiazul, por Riazor
empezaron a aflorar los brotes verdes de André Santos, Roderick Miranda, Tiago
Pinto, Evaldo, Nelson Oliveira... que ofrecieron un pobre rendimiento en la
primera vuelta, el propio Mendes intentó arreglarlo con los refuerzos
invernales de Assunçao, Silvio y Kaká, pero la situación no ha mejorado. El
Deportivo se encuentra con una plantilla “low
cost” que no está dando el nivel que exige la categoría.
Caballo Bayo
Cabalgado
por el jinete de la muerte.
Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: "Ven".
Miré, y vi un caballo bayo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra.
Ap. 6.7-8
El cuarto y último jinete se llama muerte. En el caso del
Deportivo tenemos que diferenciar dos tipos de muerte: La deportiva, y la
administrativa.
Para evitar la muerte deportiva el Deportivo necesita ganar
8 partidos de los 14 que restan para finalizar la temporada, objetivo que no
podemos considerar imposible, pero sí muy complicado si tenemos en cuenta que
este equipo tan sólo ha logrado tres victorias en los 24 encuentros disputados
hasta el momento.
El caso de la muerte administrativa, la determinará la jueza
encargada del Concurso de Acreedores del Deportivo, además de los
Administradores designados para el proceso. Un descenso de categoría significaría
una gran pérdida de ingresos, que dificultaría mucho la recuperación del club,
ya que si el Dépor no consigue encauzar la deuda podría sufrir un descenso
administrativo o llegar al extremo de la liquidación de la entidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario