Valerón, el faro del Deportivo

Desde su llegada al Deportivo de La Coruña en el año 2000, Valerón se ha convertido en un referente tanto dentro como fuera del campo, un auténtico líder. Cuando se complican las cosas, cuando el mar está embravecido, cuando te sientes perdido y sin referencia alguna, cuando no ves la salida; alza la vista y busca la luz, el faro, Valerón.

Juan Carlos Valerón Santana llegó al R.C. Deportivo de La Coruña en el año 2000, el conjunto gallego, que venía de alzarse con el campeonato liguero, decide reforzar su plantilla con el jugador grancanario que, a su vez, en esa misma temporada acababa de descender con el Atlético de Madrid a Segunda División.

El Deportivo realizaba en ese momento la que era la adquisición más cara de su historia, el club presidido por Augusto César Lendoiro desembolsaba más de 2.000 millones de las antiguas pesetas para hacerse con los servicios de Valerón, con el que firmaban un contrato de seis años de duración.

Jugador internacional con mucha proyección

Juan Carlos se incorporaba al Deportivo tras la disputa de la Eurocopa de los Países Bajos – Bélgica del año 2000. El grancanario era por aquel entonces un jugador de 25 años con mucha proyección, que empezaba a destacar en el fútbol español y que no pasaba inadvertido para el en aquel entonces seleccionador nacional, José Antonio Camacho.

 

Valerón era una pieza clave en aquella selección en la que destacaban grandes jugadores como Hierro, Mendieta, Guardiola, Luis Enrique o Raúl. Además de la Europa del año 2000, el canario disputaría el Mundial de Corea y Japón del año 2002 y la Eurocopa de Portugal en el 2004 acumulando un total de 46 partidos internacionales.

Su llegada al Deportivo

A pesar de su importancia en la selección nacional, Valerón no era titular a su llegada al club gallego, debido al gran estado de forma de Djalminha, que ocupa su misma posición en el campo y le obligaba a esperar su oportunidad en el banquillo. Aunque sueñe extraño, en un principio el fichaje de Valerón fue muy cuestionado por su alto precio y por su poco peso específico en sus inicios en el conjunto deportivista.

Con el paso del tiempo y debido a la falta de entendimiento entre Djalminha y el técnico del Deportivo, en aquel momento Javier Irureta, Valerón se ganó la titularidad y se convirtió en el cerebro del conjunto blanquiazul. Decisión muy polémica en aquel momento, y es que aquel Deportivo acusaba exceso de calidad.

La época dorada del Deportivo

En ese momento comenzó la leyenda de "el mago de Arguineguín". Valerón paseaba su juego por los campos de España y de Europa, durante las cinco campañas consecutivas en las que el Deportivo disputó la Liga de Campeones, el ‘21’ no se cansó de deslumbrar en los grandes escenarios del deporte rey y encandilaba a la afición gallega. Equipos como el Mancherter United, Arsenal, Juventus, AC Milan, PSG o Bayer de Múnich sufrieron el juego de Juan Carlos Valerón y las tardes de gloria del Euro-Dépor.

De la mano de Javier Irureta llegaron los mayores éxitos del club coruñés y Valerón era parte fundamental del (posiblemente) mejor equipo de la historia del  Deportivo, o por lo menos el más laureado, como atestiguan la Copa del Rey ganada al Real Madrid en su centenario, o las Supercopas de España del año 2000 y 2002, además de llevar a un humilde conjunto coruñés a las semifinales de la Liga de Campeones en el año 2004.

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En aquel entonces Valerón ya era toda una realidad, nadie desconocía la calidad del canario y su fútbol era temido y apreciado al mismo tiempo en toda Europa.

El calvario de las lesiones

Tras la "era Irureta", y coincidiendo con el centenario, llegaba Joaquín Caparrós al banquillo del club gallego, el nuevo míster es el encargado de llevar a cabo un proceso de transición provocado por la crisis económica y las deudas. A todo esto se le unió la crisis deportiva, en forma de lesión, Valerón se rompía la rodilla en febrero de 2006, cuando estaba en el mejor momento de su carrera deportiva, una lesión que en principio "sólo" le costaría perderse la temporada y la posibilidad de disputar el Mundial de Alemania, acabó convirtiéndose en un auténtico calvario para el Flaco.

Tras seis meses inactivo, Juan Carlos empezaba su particular pretemporada (con más de cincuenta sesiones de entrenamientos) para llegar lo mejor posible al inicio de la nueva campaña, pero en un partido amistoso de pretemporada frente al Benfica, sufría una nueva lesión en su rodilla izquierda. Valerón tenía que volver a pasar por el quirófano por segunda vez y se veía obligado a permanecer otros seis meses en el dique seco.

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El Deportivo acusaba en demasía la ausencia del canario, ya que no contaba con ningún jugador con las características de Valerón en la plantilla. Hasta llegar al punto de tener que modificar el sistema de juego ante la baja del '21'. Cuando todo el mundo pensaba que la odisea de Juan Carlos llegaba a su fin, unas nuevas molestias en la “maldita” rodilla izquierda impedían alcanzar la funcionalidad necesaria para el fútbol de alta competición y le obligaban a pasar por el quirófano por tercera vez.

Eran momentos muy complicados para el jugador canario, que con 32 años veía muy complicado volver a recuperarse para el fútbol de alto nivel. Pese a todo, Valerón no perdía la sonrisa ni las buenas palabras, él no iba a bajar los brazos y el premio lo tendría casi dos años después de su primera lesión, el 28 de enero del 2008, "el Mago" reaparecía y lo hacía para quedarse.

“Hasta yo mismo, en un principio, pensaba que iba a ser difícil que volviera a jugar al fútbol, pero al final ha salido muy bien y no tengo palabras para expresar todo lo que siento” expresaba el canario el día de su reaparición.

A partir de ese momento, Miguel Ángel Lotina decidió dosificar los minutos de Valerón en las siguientes temporadas, el Deportivo no podía permitirse el lujo perderlo y por ello mimaban al canario en todo momento. El papel del Flaco pasó a ser tan importante fuera del campo como dentro de él y fruto de este rol, en abril del año 2010, Valerón (con 35 años) renovaba por cinco temporadas más con el conjunto gallego. Después de toda una vida ligada al Deportivo, Augusto César Lendoiro quiere que, cuando el Juan Carlos abandone los terrenos de juego, siga ligado al club como asesor del presidente.

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El descenso lo cambió todo

El final de la carrera deportiva de Valerón estaba cerca, pero un suceso lo cambió todo, el descenso de categoría del Deportivo en el 2011, Juan Carlos se sintió responsable de lo sucedido, y no abandonó el terreno de juego hasta prometer que seguiría jugando para devolver al equipo a la Primera División, y el Mago lo cumplió.

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Tras una temporada en el infierno de la Segunda, el conjunto dirigido por José Luis Oltra lograba el ascenso de categoría, en parte, gracias a un estilo de juego creado en torno a la figura de Valerón, la comunión entre el entrenador y el '21' era total, y se notaba en el campo, el técnico valenciano se encargó de rodear al canario de los jugadores que necesitaba para realizar su juego, su mejor juego, al más puro estilo Irureta. Valerón disfrutó cumpliendo su promesa y al final todas las partes decidieron que lo mejor que podían hacer era premiar al fútbol, regalándole una temporada más de Juan Carlos Valerón en la Primera División.

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Durante la campaña actual, la que parece que será la última de Valerón en Primera División, el mago de Arguineguín ha logrado algo que sólo ha conseguido una persona, el autor del gol que hizo a España campeona del Mundo, Andres Iniesta; ambos jugadores salen ovacionados de todos los campos de fútbol. Y no es por casualidad, es un claro y sentido homenaje a su fútbol, a su persona, y a todo lo que han aportado y aportan al fútbol español.

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Valerón es el líder, capitán del equipo, jugador franquicia, el espejo en el que mirarse. El Flaco está en las buenas y en las malas, cuando nadie lo esperaba resurgió de sus cenizas, arrimó el hombro para devolver al Dépor a Primera División, y aún cuando está a punto de cumplir los 38 años sigue sorprendiendo a propios y a extraños. Valerón es la referencia, la persona que sigue mostrando el camino con su magia, es el faro del Deportivo.